Información adicional
Peso | 0.365 kg |
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Dimensiones | 1.5 × 14.0 × 21.0 cm |
Autores | |
Cant. de paginas | |
Edicion | |
Encuadernacion | |
Editorial |
Descripción
En la madrugada del 10 de noviembre de 1990 Félix Grande comprobó que su mejor amigo, Horacio Martín, había enloquecido: lo encontró en las ruinas de Al-Zahara, vestido de harapos, comiendo el pan de la limosna, creyéndose encarnado en el poeta cordobés del siglo XI Ibn Zaydun, escuchando solitario en un desvencijado radiocasete las músicas que durante un cuarto de siglo había compartido con sus amantes y espantosamente sosegado: era el sosiego que precede a la aniquilación. Los cuerpos de mujer y la poesía fueron las dos pasiones sobre las que Martín edificó su vida; la soledad y la esterilidad poética lo desmoronaron.