ESCRITOS PEDAGOGICOS

Lev Tolstói no solo es recordado como uno de los más grandes autores de la literatura universal. Su compromiso con la paz y con el desarrollo de la conciencia le llevó, de manera natural, a convertirse en un referente mayúsculo para la educación transformadora. Sus tesis pedagógicas nacieron de la experiencia educativa en la escuela que fundara en Yásnaia Poliana, donde educó a toda una generación de hijos de campesinos pobres en las ideas de una revolución espiritual no violenta, el desarrollo de la observación, el pensamiento independiente y el sentir profundo, así como en el rechazo a la opresión de los niños y el respeto hacia ellos como individuos de pleno derecho. El presente volumen ofrece una selección de los textos pedagógicos de Tolstói, aquellos que mejor resumen los planteamientos y características de su proyecto educacional. Estos escritos, en muchas ocasiones vestidos de literatura, transmiten una vitalidad que ilumina el texto, siguiendo la máxima que él mismo expresaría en Calendario de la sabiduría: «Si sabes la verdad, o si crees que la sabes, intenta comunicarla a los demás, con la mayor sencillez posible, junto con el sentimiento de amor hacia aquellas personas a las que se la comunicas».

Parece que la introducción a un escrito crece en responsabilidad, si piensas que son las letras que el futuro lector ojeará para decidir o no devolverte cerrado a la estantería. Sin duda es un aprieto, pues uno (en este caso una) intentó no quedar cara a la pared y espera la caricia del peso de unos ojos. Al menos soy consciente de que hay quien no lee nunca las introducciones, por lo que su mirada irá a parar a cualquier rincón del alma, caso de que los libros tuviesen alma, algo bastante probable si pensamos que tienen también vida propia o, cuanto menos, capacidad de arrebatarnos la nuestra y sumergirnos en sus historias. Sinceramente, y para no hacer perder su tiempo a quienes vayan buscando otra cosa, diría que éste no es un ensayo científico, aunque sí con ciencia. Palabra que echa a andar, y a un salto de ella misma abre la máxima aspiración de quien suscribe: concienciar. Expresar, informar desde la ciencia. Favorecer una conciencia crítica es parte del compromiso que los profesionales de la salud tenemos con la prevención. Es nuestra responsabilidad en el hecho de transmitir conocimiento, sensibilidad y herramientas para evitar el sufrimiento humano, facilitando argumentos para que el cuestionamiento y el análisis permitan una toma de postura. A este libro ni se le ocurre la pretensión de ser un manual de exactitudes, más bien intenta ser un libro de imágenes. Tal vez, esta expresión más apropiada para una pintura que para un amasijo de letras, choque un poco aquí. Pero realmente éste ha sido el esfuerzo. La intención (no sé hasta qué punto conseguida) fue en todo momento construir a partir de las palabras una imagen visible del niño y la niña que están creciendo. El dicho una imagen vale más que mil palabras encierra una gran parte de verdad. Las cosas que cobran claridad, las ideas cuando se hacen evidentes, tienen una fuerza que nos penetra con profundidad. Nuestra verdad es aquello que vemos cuando miramos dentro de uno; por eso mismo nos constituye.

¿Qué es aprender? Los adultos estamos tan acostumbrados a dirigir y guiar a los niños que incluso creemos que les estamos ayudando. Con toda la buena intención, buscamos cómo rellenarles su día a día con nuestras propuestas y actividades de lo más interesantes y estimulantes para que no se aburran, para que aprendan mucho, para que tengan una buena educación. Desconocemos que les estamos distrayendo y alejando de su propio programa interno de aprendizaje. Y que cada vez esperarán más que les entretenga desde afuera en lugar de conectar con su escucha interna. Pero los niños vienen capacitados para guiar óptimamente su aprendizaje desde adentro. Si los adultos que los acompañamos así se lo permitimos. Cuando un niño empieza a ser guiado en lo que "le conviene" aprender, pospone su propio programa interno de aprendizaje y delega el desarrollo de su potencial de su plan de ruta en manos de los adultos. Los adultos se convierten entonces en "quienes saben", y tienen la responsabilidad sobre el propio aprendizaje. Un niño que desde siempre ha sido respetado en su libertad de aprendizaje es sencillamente capaz de escucharse y seguir los dictados de su corazón. Cuando un niño ha sido continuamente motivado desde el exterior, dirigido desde afuera, aprende a acallar su corazón y esperar indicaciones ajenas. Pero eso sucede desde la desconfianza de los adultos, según los cuales los niños vienen a perder su tiempo jugando y haciendo cosas que no les convienen. Como si jugar no se correspondiese con un sofisticado mecanismo evolutivo desarrollado por nuestra especie que permite elaborar y comprender el mundo de una manera sencilla y fascinante para los niños. Los adultos, desde los despachos, elaboramos "currículums" y "programaciones" y pensamos "qué, cómo y cuándo" tenemos que "enseñar" a los niños para que aprendan. Creemos que si no decidimos todo eso, los niños no aprenderán "lo que tienen que aprender". Nuestras intervenciones educativas están basadas en la desconfianza o el miedo: hacia los niños, hacia nosotros, hacia la vida. El Sistema Educativo que conocemos es un modelo que en su esencia desconfía de la humanidad y de su capacidad de aprendizaje. Es un sistema que limita, modela, dirige, estira y recorta a los niños. Los adultos dirigimos y pretendemos controlar la vida de los más pequeños. Les decimos qué hacer, qué aprender, por una inconsciente falta de respeto a ellos, a la humanidad, a la vida. Desvalorizamos todo el gran potencial que llevan dentro para construirse a sí mismos. Desconocemos u olvidamos que cada ser humano dispone de un programa de aprendizaje propio, interno, valioso, único, vivo, legítimo que necesita ser protegido. Estamos demasiado ocupados y preocupados con nuestros propios objetivos y proyectos para los niños como para permitir y concebir que existan los suyos. Y mucho menos que sus propios deseos o inquietudes sean más adecuados que los que podamos proponerles nosotros.

En su innovador y original libro sobre la educación, el psiquiatra infantil Daniel J. Siegel y la educadora infantil Mary Hartzell revelan que el primer paso para poder criar niños felices y sanos es dar sentido a nuestras propias experiencias infantiles y aprender de ellas. Basándose en los nuevos y sugerentes hallazgos de la neurobiología y los estudios sobre el apego, los autores explican el modo en que las relaciones interpersonales pueden condicionar el desarrollo cerebral, y brindan a los padres un enfoque paso a paso para profundizar la comprensión de sí mismos que les permita educar a niños más compasivos y flexibles. Surgido a partir de talleres dirigidos a los padres, donde se combina la investigación puntera de Siegel sobre la influencia de la comunicación en el desarrollo cerebral, con la amplia experiencia de Hartzell como especialista en la educación de niños y de padres, este libro puede contribuir a que los padres sientan los fundamentos necesarios para una relación más cariñosa y segura con sus hijos. "Ser padres conscientes" explica la relación existente entre el parentaje y funciones tales como la memoria, la emoción y la comunicación en torno a los siguientes principios básicos: -La comprensión de los apegos que mantuvimos con nuestros padres afecta al apego que nuestros hijos experimentan hacia nosotros. -Nuestras experiencias infantiles condicionan de manera inconsciente nuestras actitudes y acciones. -Las emociones modelan nuestro mundo interpersonal. -La capacidad de comunicación influye en las conexiones que establecemos con nuestros hijos.

Haz que tus días de vacaciones, y los de toda tu familia, sean más divertidos con estos fantásticos juegos para niños de cuatro años en adelante. Este libro recopila una extensa cantidad de juegos procedentes de todas las partes del mundo, y los presenta agrupados en las siguientes secciones: Juegos para viajes - Juegos de playa - Juegos para practicar en casa - Juegos para vacaciones - Figuras de arena - Juegos para fiestas de cumpleaños La puesta en práctica de estos juegos facilita el contacto mutuo entre padres e hijos. Al diluir los usuales roles familiares y llevar el desenfado y el humor a un primer plano, estas actividades recreativas producen un acercamiento lúdico entre los miembros de la familia, permiten brotar nuevas interacciones personales y consiguen descubrir inesperadas habilidades. Los juegos vienen acompañados de fáciles instrucciones y sugerencias acerca de sus posibles variantes. Además, encontraréis indicaciones claras referidas a la edad idónea de los participantes, al número de jugadores, al material auxiliar necesario y al nivel de dificultad de cada juego. "Tenis de palabras", "Naipes y cucharillas", "Esgrima de pies", "En busca del tesoro", "Contactos disqueros" o "Petanca con discos" son títulos de algunos de los juegos, cuya descripción y mecánica conoceréis a través de la lectura de la presente obra. Asimismo, encontraréis una sección especial para padres y bebés con diecisiete juegos expresamente dedicados a bebés y niños pequeños. Muchos de estos juegos están constituidos por actividades lúdicas muy sencillas que propician la bondad de las relaciones filioparentales, incrementan el desarrollo cognitivo y facilitan la capacidad motora del pequeño. Muchos de los juegos que aparecen en este libro pueden utilizarse tanto en fiestas y excursiones escolares como incluso en horas lectivas. Todas aquellas personas que, por la razón que fuere, tienen que estar en contacto con niños (como es el caso de padres, profesores, monitores de campamentos, responsables de guarderías, canguros, etcétera) y quieran establecer con ellos unas relaciones positivas a la par que divertidas, encontrarán en esta obra una herramienta eficaz para conseguirlo. SHANDO VARDA ha dedicado toda su vida al ámbito de los juegos infantiles y juveniles. Conocedor de que es en el entorno familiar donde el juego tiene más posibilidades de aplicar la mayor parte de sus cualidades esenciales y enriquecedoras, en los últimos veinte años su actividad se ha encaminado principalmente a enseñar e investigar una amplia variedad de actividades lúdicas relacionadas con la familia. Como parte de este proceso investigador, Varda ha desarrollado juegos para llevar a cabo con bebés, niños, adolescentes, adultos e incluso con personas mayores. Esta admirable y valiosa experiencia le ha permitido captar todos los beneficios que aporta el juego a nuestra existencia diaria, independientemente de la edad y de cualquier otra condición. Tiene dos hijas y vive en Lyme Regis (Inglaterra).