Información adicional
Peso | 0.2 kg |
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Autores | |
Cant. de paginas | |
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Encuadernacion | |
Editorial |
Descripción
Posiblemente la verdad desnuda de lo que Brecht pensaba y sentía se encuentre en sus poemas. Muchos de ellos suenan como confesiones, otros son denuncias y alegatos claramente ideológicos o didácticos, y otros, más personales, participan de esa mezcla de pasión y reflexión con la que observaba y expresaba el amor. Todos son cantos a su oficio, la dramaturgia, y a la única amante a la que fue fiel toda su vida: el teatro. «Brecht es un fenómeno difícil. Rechaza utilizar libremente su talento de escritor. Y quizá no haya un solo reproche contra su actuación literaria -plagiario, perturbador, saboteador- que no reclame títulos de gloria para su eficacia no literaria como educador, pensador, organizador, político, director de escena. En cualquier caso resulta indiscutible que entre todos los que escriben en Alemania él es el único que se pregunta dónde debe investir su talento, y que sólo lo inviste cuando está convencido de la necesidad de hacerlo.» Walter Benjamin «En el fondo, la grandeza de Brecht, y también su soledad, consiste en que inventa sin cesar el marxismo. El tema ideológico, en Brecht, podría definirse con gran exactitud como una dinámica de hechos que mezcla la constatación y la explicación, la ética y la política: de acuerdo con la enseñanza profunda del marxismo, cada tema es a un tiempo expresión y deseo de los hombres y de las cosas, es a un tiempo cuestionador (porque desenmascara) y reconciliador (porque explica).» Roland Barthes «Brecht se proponía, a la manera de los clásicos, abarcar la mayor cantidad posible de géneros y ámbitos literarios: el drama, la novela, los cuentos de almanaque, el ensayo, la lírica a mayor o menor escala, la épica. No hay duda de que por esto mismo, al reemprender el estudio del clasicismo alemán salteándose el siglo XIX, Brecht aparece ante la posteridad a la luz de un nuevo clasicismo. Y lo cierto es que en la totalidad de su obra no había hecho sino reconsiderar continuamente, conforme a las circunstancias tan cambiantes de su país, los problemas de la gran Ilustración a los que tan decisivamente estaba ligado el clasicismo.